¡Toma buena nota!

Queda muy poco para despedir el 2018 y dar la bienvenida al año nuevo. ¿Has pensado ya en tus propósitos una vez que las doce campanadas den el pistoletazo de salida hacia las nuevas metas de 2019?

Sabemos que hacer deporte o comer mejor son prioridades que nunca faltan, pero ¿y viajar? Ese placer de pensar un poco en ti y darte un capricho. Y no cualquier capricho, pues conocer otros lugares enriquece, son experiencias únicas en nuestra vida y, compartidas o no, se convierten en momentos inolvidables que guardamos para siempre.

No hace falta dar la vuelta al mundo ni embarcarse en un crucero de lujo, hablamos de salir de la rutina, romper barreras y hacer algo nuevo. Para todo esto no hay mejor manera que realizar una escapada. ¿Lo apuntas en tu lista de propósitos?

Propósitos viajeros 2016

Los 10 propósitos Muchosol

1. Esto es lo primero: tener ganas de viajar.

2. En segundo lugar, tenemos la extraña manía de no valorar la cercanía. Ciudades vecinas preciosas de las que seguro pones excusas del tipo: “tengo toda la vida para ir” -y nunca vas-; rincones que se convierten en la envidia de los turistas y nos empeñamos en volar lejos y soñar con alcanzar el rincón más exótico posible. Está bien, pero atrévete a algo nuevo y visita al menos dos ciudades de tu país en las que no hayas estado o algunas de las mejores costas de España ¡Seguro que no te arrepientes!

3. La gastronomía es un elemento esencial para conocer otras culturas. Por favor, dale un pequeño gusto al paladar y olvídate por unos días -o al menos un día- de las cadenas de restaurantes que ya aburres en tu propia ciudad. Intenta probar el plato típico del sitio que visites, puede que sea la única oportunidad que tengas para conocer otras dietas y saborear alimentos que no están presentes en tu menú habitual.

4. Coger un avión, un tren y un barco. El medio de transporte, por supuesto, es parte esencial del viaje y cada uno tiene su propio encanto. ¿Por qué no intentar probar los tres? No hace falta escoger los más caros, pero hay buenas alternativas para combinarlos, también en trayectos cortos.

5. Los amigos… ¿cuánto tiempo hace que no organizáis algo juntos? Escaparos a alguna ciudad distinta a la vuestra y volved a entusiasmaros por lo nuevo. Estas experiencias son garantía de éxito y de cúmulo de anécdotas que recordaréis siempre.

6. Sorprende a tu pareja con un regalo tan maravilloso como una escapada romántica sin necesidad de que sea su cumpleaños, vuestro aniversario o cualquier otra fecha especial. Siempre es bonito un plan así de espontáneo y dedicaros el tiempo que tal vez no tenéis en el día a día.

7. Eres de los que se pasa los veranos recorriendo el litoral de punta a punta, bronceando su piel en cada playa… pero siempre bañada por el mismo mar. ¿Has pensado alguna vez en cómo sería bañarse en otras aguas?

8. Uno de los recuerdos que guardamos con más ahínco en nuestra memoria son nuestras primeras vacaciones: el pueblo de los abuelos en sus calurosas tardes de verano junto con los amigos, la playa donde tus padres solían alquilar un apartamento en agosto y que tantos buenos momentos te hizo vivir, aquél rincón en la sierra al que solías ir de camping… ¿Qué tal si vuelves?

9. Otro propósito es desconectar totalmente, y esto quiere decir abandonar Internet y cualquier otra conexión digital. ¿Crees que podrás vivir sin esto? Cada día somos más dependientes a la red y nos olvidamos de que hubo un tiempo en el que podíamos vivir sin esa total adhesión a la comunicación digital y a las pantallas. Te va a venir muy bien y te va a aliviar un estrés que, muchas veces, nos auto-imponemos. Volver a los orígenes y optar por una escapada “Digital Detox” es un propósito verdaderamente interesante y beneficioso para tu salud.

10. Y ya que hablamos de escapar un poco de la digitalización y recuperar bonitos hábitos, ¿por qué no imprimir fotografías y hacer álbumes de tus viajes? Hoy en día tenemos fotos para aburrir en todos nuestros dispositivos, pero no las valoramos igual. Álbumes que puedas ojear con detenimiento cuanto desees siempre tiene un encanto distinto.