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La Ciudad de las Luces

París, la Ciudad de las Luces, rebosa energía y vida en cada calle, en cada plaza... Visita la capital francesa y déjate llevar por su alegría de vivir que diría Zola, disfruta del ambiente bohemio y desenfadado de sus barrios y empápate de esa elegancia y sencillez tan típica de sus habitantes

El Equipo de Muchosol
5ºC Temperatura diurna media en invierno
22ºC Temperatura diurna media en verano
Coordenadas GPS Lat: 48.8534100° / Long: 2.3488000°

La alegría de vivir

Decía un verdadero enamorado de París -Ernest Hemingway- que si habías tenido la suerte de vivir (o visitar) París durante tu juventud, esta se quedará contigo el resto de tu vida. En París no vale ser un turista más, bueno podrás serlo -de hecho hay muchos-. Pero para sentirte parte de ella recórrela con calma, acompasado por los latidos del Sena, de ese río que parte en dos la ciudad y a la vez la une, con sus barcos, con sus puentes. Tomate tu tiempo. París es una fiesta.

¡A París con toda la familia!

¡Por fin han llegado las esperadas vacaciones! Y nada menos que en París. Un viaje con niños debe contar con una planificación especialmente pensada para todas las edades, y en la Ciudad de la Luz lo saben. Si vais en familia hay algunos planes muy chulos que podéis hacer, como por ejemplo:

El famoso museo ofrece cursos, talleres y programas ideales para familias. Y es que, ¿hay mejor manera para introducir a los peques en el mundo del arte que aprendiendo de una forma divertida en uno de los museos más importante del mudo de manos de expertos en arte?

Es un globo aerostático cautivo que ofrece viajes para familias a 150 metros sobre el suelo. Así podréis ver París desde una perspectiva única, como los pájaros. Si queréis probarlo, solo tenéis que acercaros al parque André Citroën y por 12€ (los menores de 3 años gratis) podéis disfrutar de la sensación de volar sobre París.

Es un híbrido entre museo de ciencias y parque temático pensado únicamente para que los más pequeños disfruten aprendiendo. Dentro del parque encontraréis algunas áreas muy populares como: La Cité des Métiers (La ciudad de las profesiones) un espacio en el que los niños se divertirán emulando a profesionales tales como periodistas, arquitectos, policías o médicos o la célebre Géode, un cine Imax en el que viajaréis, exploraréis y correréis mil aventuras sin moveros de la butaca. En total, seis áreas pensadas para estimular un proceso de aprendizaje diferente que encantará a toda la familia.  Los menores de 6 años pagan 9€ y el resto, hasta 22’5€ por la entrada. 

En este gran zoológico, orientado a la conservación y a la educación, organizan periódicamente actividades para que los más pequeños empiecen a conocer y a respetar la naturaleza, como por ejemplo las jornadas de acercamiento a los rinocerontes en la que los más jóvenes conocerán de cerca las diferencias entre el rino blanco y el negro, los hábitos de estos grandes mamíferos y los desafíos de conservación a los que se enfrentan.

¿Qué vamos a contaros que no sepáis del parque de atracciones más famoso del mundo? A menos de una hora en coche de la capital francesa, en la localidad de Marne-la-Vallée, encontramos el único parque Disney de Europa: Disneyland París. A todo el mundo le gusta Disney pero a quien seguro les encantará serán a los más pequeños de la casa. Una buena opción para que se porten bien durante el viaje es dejarse la visita a Disney para el final, así estarán tranquilitos mientras los mayores disfrutan de la ciudad y ellos sueñan con que llegue el día de la visita.

Guía de la ciudad

La Torre Eiffel
El Arco del Triunfo
Museo del Louvre
Jardín de las Tullerías
Notre Dame de París
Barrio Latino
Montmartre

Lugares de interés

  • La Torre Eiffel

Nos encontramos frente al que -sin duda- es el verdadero símbolo de la ciudad (y casi de Francia). Construido por el ingeniero Gustave Eiffel para la Exposición Universal de 1889, esta enorme estructura de 300 metros de altura estaba concebida inicialmente para desmontarla al terminar la exposición. Como curiosidad, al principio la enorme torre no gustó nada a la sociedad parisina de la época, que la consideraban un esperpento. Con el tiempo se fueron acostumbrando a su esbelta silueta hasta hacerla el símbolo de la ciudad.  Se puede subir todos los días del año de 9.30h a 23.00h en invierno  y de 9.00h a 0.00h en verano.

En la cima de la Torre podéis tomar una copa de champán en el bar que encontraréis. Además la Torre dispone de varios restaurantes: el Jules Verne, con un chef con estrella Michelín, en el que podréis cenar por entre 130€ y 260€; el otro restaurante, el 58 Tour Eiffel, se reserva menús más asequibles que van desde los 42,50€ (menú de adultos) y los 19€ de menú infantil. Además está el bar de Macarons en el cual podréis degustar un postre auténticamente francés: los macarrons.

  • Arco del Triunfo y Campos Elíseos

En la zona de Campos Elíseos no puede faltar la visita de uno de los emblemas de la ciudad: el Arco del Triunfo, el monumento más representativo de la época napoleónica y símbolo de la grandeza del Imperio. Asimismo, la avenida es una de las calles más famosas de la ciudad y una de las zonas más visitadas por los turistas debido a la gran cantidad de tiendas y restaurantes que se concentran en los alrededores de la afamada vía.

  • El Louvre

Una pirámide de cristal preside el imaginario colectivo cuando hablamos de ¿qué museo? ¡Exacto, el Louvre! Este referente del arte ofrece a los visitantes una de las colecciones de arte y antigüedades más extensa e impactante del mundo. Os recomendamos que, antes de entrar, ojeéis uno de los catálogos que ofrece el museo para decidir qué obras de arte queréis ver pues la colección es tan grande que ni en varios días podrías verla entera. Destacan pinturas como la Gioconda de Davinci, La Balsa de la Medusa de Géricault, La Libertad Guiando al Pueblo de Delacroix; esculturas como la Venus de Milo o la Victoria Alada de Samotracia.

  • Los Jardines de las Tullerías

Son otro pulmón verde y remanso de paz en el bullicioso ambiente parisino. Es un lugar perfecto para una pausa si viajas con niños, ya que es ideal para que pasen un rato jugando y se sitúan justo al lado de la entrada del Louvre.

  • La Catedral de Notre Dame

Víctor Hugo hizo que todos deseáramos verla y su belleza se ha encargado de que no podamos olvidarla. La Catedral de Notre Dame es otro de esos edificios emblemáticos de París. Aunque la entrada al templo es gratuita, sí que debéis pagar acceso a las torres para poder disfrutar de las vistas y de la inmensidad de la ciudad a vuestros pies. La catedral abre todos los días de 8 a 18.45 y de 8 a 19.15 los sábados y domingos.

  • El Barrio Latino

Situado en la orilla izquierda del Sena, recibe este nombre porque en el pasado era un barrio de estudiantes pertenecientes a la famosa Universidad de la Sorbona y donde se hablaba latín como lengua vehicular. Actualmente, el Barrio Latino tiene un ambiente vibrante y colorido. Callejeando llegaréis a la plaza Saint Michel donde se encuentra la fuente donde se ve a San Miguel luchando contra un dragón; aquí encontraréis una gran cantidad de locales y restaurantes con precios asequibles para comer o cenar. Además de encontrar numerosos puntos de interés como el Teatro del Odéon, el Palacio de Luxemburgo, el Jardín de Luxemburgo o el Panteón.

  • Montmartre

¿Qué decir de la colina que da nombre a uno de los barrios más pintorescos de la ciudad? Afamado en tiempos de la bohemia por su ambiente creativo, jovial y algo decadente, fue el lugar de residencia de algunos de los artistas más famosos de la Belle Époque y de la época posterior como Toulouse Lautrec, Picasso, Dégas, Rénoir o Matisse. Son famosos hoy en día los locales «rojos» tipo cabaret de entre los cuales destaca el inmortal Moulin Rouge. La Basílica del Sagrado Corazón corona la colina como queriendo perdonar todos los excesos que las calles de este popular barrio han visto a lo largo de los años.

Comer en París

París -y Francia en general- tienen el honor de haber dado al mundo lo que conocemos hoy como gastronomía moderna: el vocabulario, los tiempos de las comidas, el protocolo de la mesa y el orden de los platos; al margen de las recetas y de las tradiciones locales. Es por ello que en los últimos dos siglos, los restaurantes franceses -y parisinos- han ocupado un lugar privilegiado en el imaginario colectivo a la hora de hablar de restauración y gastronomía. Si hacemos la prueba y preguntamos a cualquier persona al azar por el primer país que se le viene a la mente cuando hablamos de restaurantes y cocineros, dirán, casi con toda seguridad «Francia».

Diseño sin título

París concentra una enorme cantidad de restaurantes por metro cuadrado, lo que hace que la oferta sea tan variada como adaptada a los distintos bolsillos. Desde los famosos gyros griegos en la zona del Barrio Latino hasta los exclusivos «estrellamichelines», pasando por los bistró brasseries que encontramos a cada paso, en cada barrio, las opciones para comer en París son enormes – y no tan caras como se piensa- .

En París, como en toda Francia- funciona muy bien el sistema de formules (menús), gracias a la cual se puede comer decentemente sin gastarte un dinero que no tienes. Las formules son menús de medio día (por lo general) en las que se puede elegir dos o tres de opciones: plato principal + postre; plato principal + bebida o entrada + plato principal. En el centro estos menús pueden salir por unos 20/25€ según el lugar y si te retiras de las zonas más turísticas puedes llegar a comer un menú muy completo por 15€. La cuestión, como en todo, está en saber buscar.

En París, la solera se paga

Como no podía ser de otra manera, vamos a empezar por los clásicos, por aquellos restaurantes que son, en sí, una institución. Sus nombres, sus salones, sus cocineros y su clientela han sido retratados en innumerables películas, novelas o crónicas y forman parte del elenco de los grandes restaurantes franceses. Eso sí, en París a veces vale más el nombre y la solera que otra cosa, por lo que puedes estar seguro que en estos restaurantes vas a pagar una buena cuenta.

Este mítico restaurante abría sus puertas al público en 1862 para dar servicio de restaurante al famosos Hotel de la Paix, a pocos metros de la Ópera. En los últimos 150 años, sus elegantes interiores han visto sentarse a la mesa a importantes personalidades de la sociedad francesa -y occidental- desde Guy de Maupassant hasta Oscar Wilde.

En 1899 abría sus puertas en los Campos Eliseos para dar servicio a varios hoteles de la zona a los que se asoció. En 1990 era declarado monumento histórico de la ciudad. Este es otro de los grandes restaurantes históricos de la ciudad en los que, al menos, merece la pena para para hacerse una foto en la puerta.

Junto al mencionado anteriormente forman, quizás, el tándem más famosos de la restauración parisina. Desde que abrió sus puertas por primera vez en 1893 en el parisino barrio de La Madelaine fue todo un referente en la ciudad, ganándose el privilegio de ser uno de los más frecuentados por los protagonistas del París de la Belle Époque.

Este restaurante hunde sus orígenes en el París pre-revolucionario de 1848, y gana su fama a durante la Belle Époque. Dicen que Lenin jugaba en sus mesas al ajedrez con Paul Fort y que Paule Verlaine se dejaba caer cada noche, junto a Baudelaire o Cézanne.

Comer bien a buen precio

En el número 41 de la Rue Monsieur-le-Princ se encuentra este bistró fundado en el s. XIX. Su cocina tradicional es un regalo para el paladar; aquí podréis probar platos típicos como la sopa de calabaza. El precio del menú es de 22€.

Para los amantes del marisco este es el lugar idóneo. Situado en el número 15 de la rue Lagrange, este local especializado en mariscos y delicias del mar es un lugar perfecto para una cenita romántica. Probad las delicatessen más sofisitcadas por entre 15 y 26€.

¡Sopas y más sopas! En Francia la sopa es toda una institución y en este local lo saben bien. Situado en el 33 de la rue de Charonne, aquí podréis probar hasta seis variedades diferentes por entre 4 y 7 €. Si os acercáis para desayunar, encontraréis un menú compuesto de una sopa, una ensalada o degustación de quesos y bebida por solo 11€.

Esta panadería se suma a la formula de éxito de muchas otras panaderías en París: servir snacks de calidad para picar. Aquí podréis encontrar bocadillos y ensaladas para parar a medio día, todo elaborado con ese saber hacer tan francés y con los mejores ingredientes. Lo encontraréis en Montmartre.

Algunas franquicias muy francesas

Podrás encontrar hasta 4 establecimientos de esta cadena en París. Son famosos desde 1959 por su célebre entrecot en salsa y patatas fritas «à volonté», es decir, hasta que no puedas comer más.

Esta franquicia la podrás encontrar en todo el país y es una de las más queridas por los niños. Son famosas por sus carnes, por sus menús infantiles y por el simpático hipopótamo que es su imagen.

El Mc Donald’s francés. En esta cadena de comida rápida, con establecimientos en todo el país, encontrarás lo mismo que en el Mc Donad’s o el Burguer King al mismo precio.

Otra franquicia, esta vez especializada en bocadillos y ensaladas. Sería el equivalente francés a nuestro Pans & Company.

 

Algunas panaderías muy Parisinas

Panaderías, baguette, París… parece que estemos hablando de un mismo campo léxico. Y es que, como no podía ser de otra manera en París se encuentran algunas de las panaderías más reputadas del mundo. Desde obradores de toda la vida que te hacen los mejores croissants que jamás habrás probado, hasta las cafeterías-panaderías más instagramebales de toda la red, hablar de pan y París es hablar de una tradición y un estilo de vida.

  • Benoît Maeder

De origen alsaciano, los dueños de esta panadería en el distrito XV de París. Una panadería de barrio donde prima la calidad y el saber hacer de toda la vida.

  • L’Éssentiel

Como decía el Principito: «lo esencial es invisible a los ojos» y es que en esta panadería del distrito XIII se toman al pie de la letra esta consigna. Panes tradicionales, sin florituras, con materia prima de primera y donde predominan las creaciones con productos orgánicos y bio. Todo un descubrimiento.

  • Des Gâteaux et du Pain

Esta panadería rompe con los esquemas clásicos que todos tenemos en mente. Situada en el distrito XV, quizás pases por delante sin reparar en que es un obrador, pues su decoración se asemeja más a la de una joyería. Eso si, la bonita y cuidada disposición de la tienda no le resta ni un ápice de calidad a los panes que allí se venden, que al fin y al cabo es lo que cuenta.

  • Boulangerie BO

Benoît y Olivier dan nombre a esta panadería del distrito XII. Destaca por sus creaciones clásicas, panes con corteza tostada y miga espumosa que son todo un exito, no sólo en el distrito sino en toda la ciudad. Además cuenta con una pequeña terracita para tomarte un café y ver la gente pasar, algo que por otro lado es muy parisino.

Viajar a París con mascota

Si bien en la mayoría de restaurantes, cafés o panaderías parisinas aceptan la entrada de nuestros amigos peludos, en la inmensa mayoría de parques públicos del centro veréis un gran cartel de «prohibido entrar con perros, incluso atados». Esto se debe, seguramente, al recelo con el que los parisinos cuidan de sus jardines, que a la vista salta son espectaculares. No obstante, como buenos rebeldes, los franceses y en especial los parisinos, hacen caso omiso de esta norma y no es raro ver a personas paseando a sus queridos animales por tan bellos parajes.

A continuación os dejamos una pequeña lista de parques en los que podrás pasear con tu perro:

  • Jardín de Luxemburgo

Eesta amplia extensión de verde es un gran pulmón dentro de la ciudad. Aunque no todo el parque permite mascotas, la zona este sí lo hace y aquí encontraréis un montón de locales, familias y turistas con los que pasar un rato en compañía de vuestros perros.  

  • Parque Versalles

No son solo preciosos y están muy bien cuidados, ¡en el Parque de los Jardines de Versalles también admiten perros! Aunque solo perros de raza pequeña, si vais con vuestro Yorkshire, Bulldog francés o Jack Russell Terrier seguro que lo disfrutarán como locos.

  • Bus turístico de dos plantas

¡Como lo oyes! Los buses turísticos de dos plantas admiten el paso con nuestras mascotas y nos permiten ver, juntos, los lugares más importantes de la ciudad. También pueden subir al metro, pero ir bajo tierra es más aburrido.

  • Jardines de las Tuileries

Los perros son bienvenidos en las áreas elevadas con vistas a los jardines y al río Sena. Hay bastantes señales indicando que es obligatorio que el perro vaya con correa, pero los paseantes parecen hacer caso omiso de la norma

  • RER

Si bien no se aceptan perros en el metro (salvo pequeños en su portador o perros lazarillo), en la otra gran red de transporte de la ciudad, el RER (cercanías) si que se permiten su entrada. Más información en la página oficial.

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