Aunque es un destino familiar atípico, la capital de la Isla Esmeralda es un lugar perfecto para escaparnos unos días en familia. Los irlandeses son gente muy abierta y acogedora, su carácter afable hará que os sintáis como en casa, y aunque Dublín sea más conocida por el turismo de idiomas -ya sabéis, esos jóvenes que van a pasar veranos y temporadas para aprender inglés-  y no sea habitual hacer turismo en familia, es un destino que merece la pena y que cada vez está más de moda.

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Dublín tiene mucho que ofrecer y cualquier época es buena para recorrer sus calles (teniendo en cuenta la omnipresente lluvia), viajar en su historia y conocer lugares llenos de magia y tradición. Aquí os dejamos algunas recomendaciones de sitios perfectos para hacer conocer Dublín en familia.

Autor: K. Paquier
Autor: K. Paquier

Dublín en familia: turismo con niños.

Lo cierto es que cuando aterricéis en Dublín enseguida querréis empezar a explorar. Pero para que no tengáis problema eligiendo el itinerario inicial, os recomendamos hacer una ruta turística por la ciudad. Tenéis varias opciones: el bus turístico o la bicicleta, una forma más tranquila y distendida de explorar un lugar nuevo. Dependiendo de la edad y nivel de inglés de vuestros hijos podréis tomar un bus turístico con la guía en español, o si todos os defendéis bien en inglés, podéis probar con la guía en la lengua de J. Joyce (en este caso, mejor que Shakespeare). Si los niños no son muy pequeños, os recomendamos que optéis por recorrer la ciudad en bicicleta. ¿Empezamos el viaje?

Dublinia, el museo vivo: situado en un edificio neogótico junto a la Christ Church, este museo abrió sus puertas en 1993. Tiene varias exposiciones permanentes que explican el pasado de la ciudad durante la invasión vikinga y la Edad Media. Es una forma estupenda de hacer inmersión en la historia, tradición y cultura de la ciudad de una forma amena y para toda la familia. Además, si sois capaces de ascender los 96 escalones de su torre, podréis disfrutar de unas vistas panorámicas de la ciudad que os impresionarán.

Trinity College: este centro del saber de la capital irlandesa es uno de los centros académicos más reconocidos del mundo. Fundado en 1592 por Isabel I, el Trinity College forma parte de la Universidad de Dublín. Además, tiene la particularidad de albergar una de las bibliotecas más hermosas del mundo: la Long Room y el Libro de Kells son dos de sus principales atracciones y aunque dentro no podréis hacer fotos, la visita merece la pena.

La estatua de Molly Malone: es posible que, mientras visitáis Dublín en familia os encontréis con esta famosa ciudadana. Algunos dicen que Molly es solo una leyenda y otros que este personaje del folclore irlandés realmente existió. Sea como fuere, Molly Malone es hoy en día una estatua a tamaño real de una hermosa mujer con largo vestido, que empuja un carro repleto de cestas de marisco para vender. Se dice que Molly falleció de unas fiebres pero a la ilustre pescadera se la recuerda aún hoy gracias a su estatua y una canción popular que narra su vida.

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Castillo de Dublín: A los niños -y no tan niños- les encantan los castillos y visitarlos es una manera divertida e interactiva de conocer la historia local, por eso si viajáis a Dublin en familia no debéis dejar de visitar el Castillo de Dublín. Con construido sobre 44.000 metros cuadrados, este castillo contiene en su interior dos museos, dos jardines y ofrece la posibilidad de hacer un tour guiado por el museo. La antigua fortaleza de la ciudad ha sabido adaptarse al paso del tiempo y se ha reconvertido en un centro cultural que expone la historia de la ciudad. Además, encontraréis también la Biblioteca Chester Beatty donde se guardan gran cantidad de manuscritos, iconos, grabados y documentos que reflejan la diversidad cultural de Asia, África y Europa.

Catedral de San Patricio: El patrón de Irlanda tiene, como no, una preciosa iglesia en su honor en la capital. La Catedral de San Patricio es un edificio imponente, rodeado de unos preciosos jardines. Según cuenta la leyenda, la Catedral se erige donde antiguamente el santo bautizó a aquellos que se convertían al cristianismo. La Catedral está construida donde antes estaba el pozo que San Patricio usaba para dispensar el bautismo y actualmente es un imponente lugar de culto. 

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Saint Stephen’s Green: Este parque, de estilo victoriano, es uno de los pulmones verdes de la ciudad. Si queréis pasar un rato agradable en familia, lo encontraréis en uno de los extremos de Grafton Street. En el parque encontraréis un lago y varios puentes que lo cruzan, además de fauna y flora propias de la zona. Si viajáis a Dublin en familia, este parque es el lugar perfecto para que los niños jueguen al aire libre, para descansar, disfrutar de la naturaleza y haceros algunas fotos todos juntos. 

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Zoo de Dublín: Ees un plan perfecto para  hacer visitando Dublín en familia. Aquí los niños disfrutarán y se relajarán conociendo los secretos de la fauna que allí habita. Pero lo mejor de ir al Zoo de Dublín es que se encuentra en la amplísima extensión de Phoenix Park. Este enorme parque guarda algunas sorpresas como la posibilidad de que os encontréis ciervos dando un agradable paseo en familia o la residencia del Presidente de Irlanda. ¡Animaos a explorar!

Halfpenny Bridge sobre el río Liffey: Medio penique costaba hace un par de siglos cruzar este emblemático puente de la ciudad de Dublín. El Ha’penny Bridge es uno de los más famosos de la ciudad y ofrece unas vistas preciosas, sobre todo al atardecer.

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Un rato para dos durante vuestra escapada familiar

Visitar Dublín en familia es una gran experiencia pero sabemos que durante las vacaciones a veces necesitamos también un rato para ser solo dos. Por eso, si necesitáis desconectar un rato de las excursiones familiares podéis regalaros un rato solo para adultos haciendo una pequeña escapada al barrio de Temple Bar, donde encontraréis pubs y locales donde tomar una buena pinta, escuchar música o disfrutar de monólogos y actuaciones teatrales en vivo. También podéis hacer el recorrido por la destilería de la famosísima cerveza Guinness, no os arrepentiréis.  

Dublín es un destino con muchos atractivos por descubrir y muchos rincones que explorar que se disfrutan más cuando los compartimos con los nuestros. El carácter familiar y abierto de los irlandeses hará que durante la experiencia de hacer turismo en Dublín no os sintáis como extraños en estas tierras verdes llenas de leyendas y de historias mágicas que os conquistarán sin lugar a dudas. ¿Estáis listos para la siguiente gran aventura en familia?