La gran mayoría de empresas, independientemente del sector al que pertenezcan, pasan por temporadas altas y bajas. Ven cómo en ciertas épocas del año las ventas aumentan rápidamente y luego descienden a las habituales. Es por ello que, una vez que finaliza la temporada de más auge, es complicado sacar la misma rentabilidad.

En el ámbito del alquiler vacacional, la estacionalidad es muy acusada. Los meses de temporada alta difieren mucho del resto en cuanto a flujo turístico y reservas, si bien es cierto que nos estamos encontrando con una creciente costumbre de viajar en los meses más fríos, sobre todo por parte de turistas de fuera de España. Con todo, para nuestro negocio romper la estacionalidad es la clave para paliar los efectos negativos que esta causa: económicos (menos rentabilidad), laborales (empleos inestables), ecológicos (deterioro de la flora y trastorno de la fauna en temporada alta) o sobre la imagen del destino (masificación).

La primera tarea a llevar a cabo es estudiar las causas, que en nuestro caso se agrupan en dos categorías principales:

  • Factores naturales, como el clima (todavía predomina el turismo de sol y playa)
  • Factores culturales, como los periodos vacacionales, el calendario laboral o escolar, las fiestas culturales o tradiciones…

Y, a partir de aquí, tener en cuenta estas claves que proponemos para superar la estacionalidad:

  • Innovar: buscar nichos de mercado innovadores (especializarnos en alquiler a empresas durante el invierno para incentivos, para reuniones, para teambuildings).
  • Diversificar: hacerse con la gestión de alojamientos en destinos más estables (destinos de ciudad para escapadas de invierno, destinos de nieve o turismo rural).
  • Hacer más atractivo el destino: aliarse con empresas que trabajen en la zona para ofrecer paquetes irresitibles (estancia + ruta gastronómica o estancia + ruta cultural).
  • Ser sostenibles en las campañas que llevemos a cabo: intentar que el flujo de turistas que atraemos no se vea cortado por la estacionalidad. Un buen ejemplo es atraer a turistas que no dependen de la estacionalidad (jubilados nórdicos, familias británicas, etc.).

De estas claves podemos sacar acciones concretas:

  • Organización de actividades especiales en temporada baja. Como la creación de paquetes turísticos pensando en los nuevos sectores sociológicos, por ejemplo los grupos de gente muy joven, que disponen de menos recursos económicos.
  • Estudio del público objetivo y su nacionalidad. No centrarse únicamente en analizar la estacionalidad en españa ya que una parte de los clientes puede provenir de países como Alemania o Rusia, donde la estacionalidad es diferente (con otro clima y calendario vacacional).
  • Ampliación, sobre todo en ciudades, de clientes cooperativos: centrándonos en los ámbitos de la promoción y comercialización en origen.
  • Complementarse y ayudarse mutuamente con otros sectores como empresas que organizan congresos, turismo del ámbito sanitario, bodegas…

Estos consejos van dirigidos a todas las empresas del sector, tanto a proveedores como a portales de oferta de alquiler vacacional, que deben trabajar juntos y con una misma meta: la desestacionalización del turismo. Se trata de buscar herramientas que permitan descubrir las mejores alternativas para reducir la estacionalidad y lograr paliar, e intentar superar, la caída de la rentabilidad en temporada baja.