Casas rurales

Ha llegado el otoño y, con él, el auge del turismo rural. A causa de las cada vez más frías temperaturas, el grueso de viajeros se decanta por alojamientos de montaña y en núcleos rurales, antes que por turismo de sol y playa.

En este tipo de turismo rural es tan importante la comodidad del alojamiento como el propio entorno y las actividades que se pueden realizar en él. El éxito de un alojamiento rural depende de muchos factores: si es fácil llegar hasta él, si la zona en la que se encuentra es de interés turístico, si el clima de esa región es el idóneo, si en los alrededores hay posibilidad de llevar a cabo actividades… Con todo, no se puede pone en marcha una casa o apartamento rural si previamente no se cumplen unos determinados requisitos, tanto legales y -por lo tanto- obligatorios, como opcionales. Estos últimos son los que van a hacer que los clientes se sientan a gusto, hablen bien de la casa y decidan volver a reservar.

Requerimientos legales en un alojamiento rural

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Aunque comparten muchos, cada comunidad autónoma exige sus propios requisitos a cumplir. Lo propio es acudir a la Consejería de Turismo de la región sobre la que se desea conocer información, pero, para hacernos una idea, el  Instituto de Desarrollo Comunitario -una organización independiente comprometida con el medio rural y colaboradora de las Instituciones Europeas- ha reunido los requisitos legales que suelen pedir las administraciones, independientemente de la CC.AA en la que nos encontremos:

  • Que la propiedad esté aislada o en una localidad con menos de 1 500 habitantes.
  • Que tenga una superficie mínima de 12 metros cuadrados en las habitaciones dobles y 9 para las individuales.
  • Que el propietario viva en la propiedad o en el mismo municipio.
  • Que esté construida con una arquitectura tradicional.
  • Que tenga, como mínimo, 10 años de antigüedad.
  • Que disponga de agua potable y electricidad.
  • Que tenga buena ventilación y calefacción en todas las estancias.
  • Que haya un aseo por cada 3 habitaciones.
  • Que cuente con un botiquín de primeros auxilios, un extintor, luces, señales y salidas de emergencia.
  • Que tenga teléfono.

Comodidades opcionales (pero muy recomendadas) para los huéspedes en la casa rural

Que un cliente, al finalizar su estancia, salga de nuestro alojamiento con una sonrisa y encantado por el trato recibido debería ser el objetivo número uno de cualquier empresario hotelero. Evidentemente esto repercutirá en valoraciones positivas online, en que pueda convertirse en un cliente habitual e incluso recomendar nuestro alojamiento a sus conocidos.

En resumen: Mejor reputación -> Más reservas

Un alojamiento rural puede limitarse a ofrecer las características que se requieren por norma o ir más allá y acondicionar la casa para que los huéspedes la sientan como un hogar, con todas las comodidades. Un alojamiento rural perfecto podría ser el que incluyera todos estos elementos:

  • Cocina completamente equipada con todos los muebles y electrodomésticos. La idea es que los clientes dispongan de aquellos elementos que necesiten para cocinar.
  •  Aseo privado en cada habitación. Los alojamientos rurales en ocasiones son grandes y muchas veces se hospedan en ellos varias familias o matrimonios. Van a agradecer disponer de un baño por pareja.
  • Un servicio de toallas y amenities. Si un huésped elige como alojamiento una casa rural antes que un hotel, le gustará encontrarse con ese tipo de elementos propios de las cadenas hoteleras (a aparte de toallas, también geles, champús, gorros de ducha de usar y tirar, secador de pelo…). Hay que tener en cuenta que este tipo de alojamientos suelen estar alejados de los núcleos urbanos y que sería un incordio para los clientes tener que desplazarse para comprar un champú.
  • Camas y sofás cómodos. Es aconsejable que todos los muebles sean de calidad, pero sobre todo aquellos de descanso. Las camas de los dormitorios y los sofás del salón se van a emplear para dormir o relajarse. Que proporcionen un sueño reparador y cómodo al cliente es importante para que este quede contento.
  •  Decoración cuidada. Que la casa está en armonía con los muebles y los elementos decorativos va a hacer que los clientes se sientan cómodos,  en un lugar bonito y acogedor. No debe ser muy recargada pero tampoco demasiado austera.
  • Zona de aparcamiento. Es una gran comodidad poder dejar el coche en la puerta de casa y no tener que buscar sitio por los alrededores.
  • Wi-Fi. Que la casa disponga de conexión a Internet puede hacer que los clientes se decidan por reservarla. Para algunos es esencial ya que les va a permitir ver series, hacer videollamadas con familiares, actualizar sus redes sociales…

Diferenciarse del resto

Aunque España ha sido uno de los últimos países en los que se ha consolidado -en Alemania, Francia y Austria lo hizo hace más de 5 décadas- el turismo rural ha crecido mucho en los últimos años, por lo que la competencia es cada vez mayor. Ante esto, se deben adoptar técnicas para diferenciarse del resto de proveedores que ofrecen alojamientos rurales.

Asociarse con empresas que oferten actividades de ocio o de bienestar en la localidad es una gran idea. Por ejemplo: darle la posibilidad a los huéspedes de contratar un servicio de masajes y spa. O contar con los servicios de un guía turístico que pueda enseñar los encantos del pueblo a los turistas.

Muchos de los clientes que llegan al alojamiento rural buscan escapar de la urbe y conectar más con la naturaleza, algo que no pueden hacer en su día a día. Encontrar algún grupo de senderismo para hacer rutas por el bosque, bicicleta u otros deportes de montaña con los que asociar el alojamiento es algo que puede gustar a los viajeros que descansan en la casa.

Otro gesto que puede gustar mucho a los clientes es encontrarse con detalles en la casa: una caja de bombones, una botella de cava, una lista de recomendaciones del entorno del alojamiento…

El turismo rural está en auge y es un filón que se puede aprovechar. Acondicionar la casa de la forma más cómoda y armoniosa posible es una inversión que va a salir rentable porque un cliente contento es muy probable que regrese. El objetivo es mantener un alto nivel de ocupación y esto se consigue creando un alojamiento especial y que, además, ofrezca actividades complementarias.